DR que erre

20 diciembre 2007

Kingdom Hearts

Hace cuatro años, aprovechando que me acababa de caer del cielo una PS2, unas buenas amigas me regalaron un videojuego llamado Kingdom Hearts.

En edición Platinum, claro, que tampoco me querían tanto.

Como sabían de mi afición a la animación, me explicaron que dicho juego estaba protagonizado por personajes de Disney (y de un algo llamado Final Fantasy). Realmente, en un principio no me llamó demasiado la atención. Y es que, aunque era bastante virgen en el tema de videojuegos (mi única incursión hasta el momento en dicho mundo había sido una añorada Dreamcast que desapareció demasiado pronto de casa gracias a unos amables cacos) (lo de amables va porque prefirieron llevarse la Dreamcast antes que el flamante iMac de menos de dos semanas de antigüedad que había al lado), aunque era bastante novato en esto de manejar píxeles, digo, algo dentro de mí ya sabía intuitivamente que cualquier videojuego derivado de una película tenía altas probabilidades de ser un truño total. Y éste no derivaba de una sino de muchas, así que podía ser el acabose...

Al cabo de unos meses, cuando reuní tiempo (y valor), me decidí a probarlo y... después de 15 minutos ya estaba enamorado del juego. Las imágenes, la música, el mejor tutorial que he visto nunca (claro que tampoco he visto demasiados)... ¡todo era perfecto! Salvo quizás las partes que transcurrían en el mundo de Winnie the Pooh, que los excesos de azúcar no son recomendables...




He aquí la intro del juego... ¡y mi primer tutubo en el blog!

Vamos, que después de visitar Agrabah, Atlántica, Ciudad de Halloween o mundos nuevos creados para la ocasión como Bastión Hueco, Kingdom Hearts se ha acabado convirtiendo en uno de mis videojuegos favoritos (a pesar de que la segunda parte no es tan buena y de que SquareEnix está comenzando a hacer secuelas de la franquicia como si fueran churros, pero bueno, a día de hoy esa actitud no me sorprende lo más mínimo, ahora ya sé qué es Final Fantasy). La cuestión es que llevaba tiempo queriendo hacer una ilustración dedicada al juego, y hace poco me puse por fin las pilas. He aquí mi actual fondo de escritorio:



El bicho negro es uno de los enemigos de la saga, los sincorazón
(nota mental: no hacer chistes sobre editores de cómics)

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14 diciembre 2007

El Manglar 5

El 14 de diciembre del 2006 (esa lejana época en la que actualizaba una vez por semana), me dediqué a mostrar varios diseños de personajes que rondaban por mi cabeza, pero que por algún motivo u otro todavía no había plasmado en historieta. Pues bien, lento pero seguro, un año después ya puedo decir que uno de esos diseños ha acabado fructificando en algo más tangible: Dracodomus. Esta historia de cuatro páginas aparece en el quinto número de la revistra El Manglar, ya a la venta en tu librería amiga.

La revista en cuestión: ¡viva las portadas
políticamente correctas!

La verdad es que, gráficamente, es el tebeo del que estoy más orgulloso. Sí, sí, no es decir mucho, lo sé, malditos. A continuación cuelgo un fragmento de una de las páginas.

El dragón que mostré en el post del año pasado no aparece aquí,
pero tendréis que creerme cuando os digo que es el hijo de estos dos.

En fin, a ver si el año que viene hago realidad otro de aquellos diseños...

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